
Pierre de Coubertin, impulsor y organizador de los primeros Juegos Olímpicos de la Modernidad celebrados en Atenas en 1896, durante la cena de clausura de los Juegos, celebrada el 25 de julio, con una dimensión formadora y educativa, como pedagogo que era, manifestó: «Lo importante es participar, más que vencer», añadiendo: «Lo importante en la vida no es el triunfo sino la lucha, lo esencial no es haber vencido, sino haberse batido bien… recordad estas palabras, que se extienden a todos los terrenos, hasta formar la base de una filosofía serena y sana». Los deportistas paralímpicos son el mejor ejemplo del sentido de la frase del Barón de Coubertin.
El deporte como elemento de superación, como un lugar de encuentro abierto a todos y a todas, sin barreras ni exclusiones, abriendo la puerta al desarrollo personal y social de las personas que lo practican. Esto es particularmente así para las personas con discapacidad.El deporte para las personas con discapacidad comporta la superación como una meta, de un lado superar obstáculos externos que dificultan el acceso al deporte por parte de estas personas, y de otro lado la autosuperación. Es un reto para la igualdad respetando las diferencias, para ello es necesario adaptar el deporte a las limitaciones funcionales de las personas con discapacidad y es igualmente necesario eliminar las barreras, no sólo las físicas, fundamentalmente las mentales y sociales. Es un elemento que facilita la integración social, la cooperación, la solidaridad, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia a un grupo.