“Superar las barreras derivadas del síndrome de Down es una tarea difícil pero apasionante. Sin embargo, cada día son más las personas que lo consiguen y algunas llegan a la universidad.”
Abrir el periódico, para ver “cómo va el mundo”: la crisis económica que nos afecta a todos (a unos más que a otros, claro), catástrofes naturales que asolan regiones enteras de un país, corrupciones que no paran de saltar por doquier,…y en medio de todo ello tres rostros sonrientes y muy especiales que nos hablan de algo todavía más especial si cabe: ilusión, esfuerzo, valentía, respeto, solidaridad…: el verdadero arte de vivir.
Tres jóvenes, con síndrome de Down, son hoy una realidad de superación. Auxiliar de enfermería, en la planta de geriatría de USP San Carlos de Murcia; auxiliar administrativo en la clínica Dexeus de Barcelona y estudiante de Psicopedagogía, respectivamente. Detrás muchas horas de esfuerzo, de respaldo familiar, social y el apoyo de la Fundación Síndrome de Down de Madrid. “El síndrome de Down es una barrera, pero no tan grave como algunos creen". “Son la punta de un iceberg que, afortunadamente, emerge cada vez con más fuerza”, nos vienen a decir, quienes les acompañan, pero con realismo, también nos comentan en este artículo los expertos: “Experiencias como las de los protagonistas de las historias relatadas deben servir de acicate y de estímulo, pero nunca deben plantearse como meta final y universal para todos los afectados por una discapacidad intelectual. Sería un error alentar falsas expectativas entre las familias, porque cada uno es diferente y único”.
Creer en uno mismo por encima de las limitaciones, más aún, creer en el otro y hacérselo saber estando a su lado, “codo con codo”, tomársele en serio y tomarnos en serio: Ese es el verdadero RESPETO. Saber mirar y ver, por encima de las dificultades, las posibilidades de la persona y darles una, dos, tres…oportunidades: Eso es COMPROMISO. Encontrarse con la persona que el otro es y no sólo con lo que hace o tiene, humaniza a quien recibe y a quien da: Eso es HOSPITALIDAD.
¿Dónde están las verdaderas discapacidades de este mundo en que vivimos? ¿Hemos descubierto nuestras propias discapacidades? ¿Estamos dispuestos a superarlas? ¿A ayudar a otros a hacerlo? ¿Dónde colocamos los límites de nuestro día a día?
¡Todo un arte esto de vivir! GRACIAS, por mostrárnoslo.
Abrir el periódico, para ver “cómo va el mundo”: la crisis económica que nos afecta a todos (a unos más que a otros, claro), catástrofes naturales que asolan regiones enteras de un país, corrupciones que no paran de saltar por doquier,…y en medio de todo ello tres rostros sonrientes y muy especiales que nos hablan de algo todavía más especial si cabe: ilusión, esfuerzo, valentía, respeto, solidaridad…: el verdadero arte de vivir.
Tres jóvenes, con síndrome de Down, son hoy una realidad de superación. Auxiliar de enfermería, en la planta de geriatría de USP San Carlos de Murcia; auxiliar administrativo en la clínica Dexeus de Barcelona y estudiante de Psicopedagogía, respectivamente. Detrás muchas horas de esfuerzo, de respaldo familiar, social y el apoyo de la Fundación Síndrome de Down de Madrid. “El síndrome de Down es una barrera, pero no tan grave como algunos creen". “Son la punta de un iceberg que, afortunadamente, emerge cada vez con más fuerza”, nos vienen a decir, quienes les acompañan, pero con realismo, también nos comentan en este artículo los expertos: “Experiencias como las de los protagonistas de las historias relatadas deben servir de acicate y de estímulo, pero nunca deben plantearse como meta final y universal para todos los afectados por una discapacidad intelectual. Sería un error alentar falsas expectativas entre las familias, porque cada uno es diferente y único”.
Creer en uno mismo por encima de las limitaciones, más aún, creer en el otro y hacérselo saber estando a su lado, “codo con codo”, tomársele en serio y tomarnos en serio: Ese es el verdadero RESPETO. Saber mirar y ver, por encima de las dificultades, las posibilidades de la persona y darles una, dos, tres…oportunidades: Eso es COMPROMISO. Encontrarse con la persona que el otro es y no sólo con lo que hace o tiene, humaniza a quien recibe y a quien da: Eso es HOSPITALIDAD.
¿Dónde están las verdaderas discapacidades de este mundo en que vivimos? ¿Hemos descubierto nuestras propias discapacidades? ¿Estamos dispuestos a superarlas? ¿A ayudar a otros a hacerlo? ¿Dónde colocamos los límites de nuestro día a día?
¡Todo un arte esto de vivir! GRACIAS, por mostrárnoslo.